En tiempos antiguos, habitaban entre los hombres gran cantidad de demonios, cada cual cometiendo una diablura. Habían de los que volaban de un lado a otro, de extremidades largas y delgadas, también habían gordos de patas pequeñas y lentos de andar, pero difíciles de zafar y estaban también los pequeños, colorados y saltarines, pero causando igual escozor que los demás, buscando a quien molestar, para hacerlos tropezar y un nuevo pecado poder celebrar.
Viendo el de barba blanca que tal era el relajo, exclamo enojado:
-¡Ah condenados revoltosos!,!Os castigaré por su insolencia y a todo aquel que haya seguido vuestro camino!-
Ordeno a un viejo, que construyera un barco y que fueran dentro él y su familia, también que llevase animales, hembra y macho por especie, porque iba a iniciar una limpieza general, diluvio universal incluido,y que esperara a su señal para salir. Pero viendo que solo los hombres morirían, transformo a los diablillos en insectos, para que así no se escapasen del castigo.
Ennegrecido el día y empezando el chubasco, se empezaron a escuchar las primeras burlas:
-¡Pero que lluviecita es esta, que solo nos moja las patas!-decía uno,¡pero si hoy no me toca bañarme!-decía otro, y así seguían en pleno jolgorio, hasta que los charcos se hicieron ríos,los ríos ,lagunas , las lagunas lagos, y los lagos mares, y ya no quedaba lugar donde esconderse, los estruendos continuaban, entonces temiendo por su suerte, empezaron a llamar a su hermano mayor.
Oyendo el rabudo aquel clamor, decidió ayudarles, no por clemencia, que de eso ha de tener poco, sino por flojera, que de eso ha de tener mucho, porque sino le iban a dejar con mucho trabajo, para con los hombres que quedaran después...
Acudiendo presuroso y acalorado desde el averno,les dijo:
-¡Pero no podéis hacer bien, todo el mal que ordene!-,¡dejaos de tanta alharaca y escuchad! :
Tendréis que pasar,entre hombres y animales,muy cerca de ellos,en sus vestimentas y pelajes,en aquel barco que ven allá; a lo que el más pequeñin pregunto:
-¿Y si nos escuchan y le avisan al viejo barbudo?
-¡Ni una palabra saldrá de ustedes, nunca mas, a no ser que quieran que el viejo se entere y os desaparezca!- replico furioso el cornudo.
Y desde ese entonces están, zumbando, aferrandose y saltando entre nosotros: mosquitos, garrapatas, pulgas y demás, molestando sin cesar a quien encuentren en su camino, para un nuevo relajo poder celebrar.
Viendo el de barba blanca que tal era el relajo, exclamo enojado:
-¡Ah condenados revoltosos!,!Os castigaré por su insolencia y a todo aquel que haya seguido vuestro camino!-
Ordeno a un viejo, que construyera un barco y que fueran dentro él y su familia, también que llevase animales, hembra y macho por especie, porque iba a iniciar una limpieza general, diluvio universal incluido,y que esperara a su señal para salir. Pero viendo que solo los hombres morirían, transformo a los diablillos en insectos, para que así no se escapasen del castigo.
Ennegrecido el día y empezando el chubasco, se empezaron a escuchar las primeras burlas:
-¡Pero que lluviecita es esta, que solo nos moja las patas!-decía uno,¡pero si hoy no me toca bañarme!-decía otro, y así seguían en pleno jolgorio, hasta que los charcos se hicieron ríos,los ríos ,lagunas , las lagunas lagos, y los lagos mares, y ya no quedaba lugar donde esconderse, los estruendos continuaban, entonces temiendo por su suerte, empezaron a llamar a su hermano mayor.
Oyendo el rabudo aquel clamor, decidió ayudarles, no por clemencia, que de eso ha de tener poco, sino por flojera, que de eso ha de tener mucho, porque sino le iban a dejar con mucho trabajo, para con los hombres que quedaran después...
Acudiendo presuroso y acalorado desde el averno,les dijo:
-¡Pero no podéis hacer bien, todo el mal que ordene!-,¡dejaos de tanta alharaca y escuchad! :
Tendréis que pasar,entre hombres y animales,muy cerca de ellos,en sus vestimentas y pelajes,en aquel barco que ven allá; a lo que el más pequeñin pregunto:
-¿Y si nos escuchan y le avisan al viejo barbudo?
-¡Ni una palabra saldrá de ustedes, nunca mas, a no ser que quieran que el viejo se entere y os desaparezca!- replico furioso el cornudo.
Y desde ese entonces están, zumbando, aferrandose y saltando entre nosotros: mosquitos, garrapatas, pulgas y demás, molestando sin cesar a quien encuentren en su camino, para un nuevo relajo poder celebrar.
ICARO
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